El fragmento debe ser como una pequeña obra de arte, aislado de su alrededor y completo en sí mismo, como un erizo -- Friedrich Schlegel --

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jueves, 19 de julio de 2012

Ensayo

En el segundo piso de su decaído castillo, hacia marzo de 1571, Miguel de Montaigne inventó el ensayo. "La palabra es nueva, pero la cosa es vieja", pocos años después anota, sin embargo, Bacon (Letters and Life, IV) y agrega: "Las Epístolas de Séneca a Lucilio son ensayos, vale decir, meditaciones dispersas, aunque en forma de epístolas". Con este criterio, cabría incluir en el catálogo de los precursores a Jenofonte, a Aristóteles, a Valerio Máximo, a Cicerón, a Plutarco, a Aulo Gelio, a Macrobio: todos ellos escribieron ensayos, de acuerdo con la calificación de "meditaciones dispersas" o de "composiciones irregulares, no trabajadas", que prefiere Johnson. Pero desde la primavera de 1571, la "nota personal", la sombra del autor mezclándose con el tema, caracteriza para siempre al género. Así, con mayor comprensión que felicidad, Edmund Gosse define: "El ensayo es un escrito de moderada extensión, generalmente en prosa, que de un modo subjetivo y fácil trata de un asunto cualquiera".
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Por su informalidad, el ensayo es un género para escritores maduros. Quien se abstiene de toda tentación, fácilmente evitará el error. Con digresiones, con trivialidades ocasionales y caprichos, solamente un maestro forjará la obra de arte. Pero esta cuestión comunica el estudio del ensayo con los problemas centrales de la estética.
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Un día sentimos que no hay otra esperanza en las letras que el dossier naturalista, o la comedia de enredo, o el sadismo, o el adulterio, o los sueños, o el viaje alegórico, o la novela pastoril, o el alegato social, o los enigmas policiales, o la picaresca; otro día nos preguntamos cómo alguien pudo interesarse en tan desoladas locuras. En medio de esta mudanza, históricamente justificable pero esencialmente arbitraria, hay algunos géneros perpetuos. Porque no depende de formas y porque se parece al fluir normal del pensamiento, el ensayo es, tal vez, uno de ellos.

Adolfo Bioy Casares: "Estudio preliminar", en Ensayistas Ingleses. Barcelona: Éxito (Clásicos Jackson, vol. XVIII) s/a, pp. ix, xxxi y xxxii

Adolfo Bioy Casares (1914-1999)

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